lunes, 29 de noviembre de 2010

Master 2010



Saludos,sin pasión, sin lucha y sin convicción, Rafael Nadal no es el tenista estratosférico que ha dominado esta temporada. Y ayer, en el O2 Arena de Londres, el número uno del mundo fue un jugador desconocido, entregado y rendido a un rival que buscaba resurgir en un año errático y con el Abierto de Australia como único recuerdo feliz. Roger Federer necesitaba una victoria como la de ayer en la Copa Masters. Primero, porque igualaba al checo Ivan Lendl y el estadounidense Pete Sampras con cinco títulos de maestro del tenis. Pero sobre todo porque le permitía sentirse orgulloso y capaz de poder ganar al indiscutible número uno mundial y al tenista que más disgustos le ha dado en su carrera deportiva.
Y con esa convicción, acompañado por el sonido de los latidos de corazón, la música de The Clash y los haces de luces que convierten el O2 en una macrodiscoteca con 17.500 espectadores aclamando a los finalistas, Federer tenía muy claro lo que debía hacer y en una hora y 37 minutos certificó su victoria ante Nadal por 6-3, 3-6 y 6-1.
Fuente: elperiodico.com

Mac

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