jueves, 3 de febrero de 2011
Egipto
Saludos, el desenlace de la actual situación en Egipto es incierto y el destino del presidente Hosni Mubarak, que intenta aferrarse al poder, puede ser decidido por los siguientes actores, informó DPA.
Mubarak controla Egipto desde hace 30 años, desde que su predecesor en el cargo, el islamista Anwar el Sadat, fuera asesinado en 1981. Bajo el gobierno de Sadat, Mubarak fue vicepresidente. Actualmente, su poder descansa sobre el Ejército, la policía, el Mujabarat (servicios secretos) y el Partido Democrático Nacional, en el gobierno. Desde el asesinato de El Sadat, el país está en estado de emergencia, lo que ha permitido al régimen limitar las libertades políticas y la acción de la oposición.
En los últimos tiempos el régimen se ha abierto un poco, pero más bien por la corrupción generalizada de sus propios miembros, adquiriendo un cierto "despotismo burocrático". Los medios de comunicación pueden informar de manera un poco más libre que antes y se ha permitido a la oposición que se organice, aunque no pueden participar realmente en las elecciones. El movimiento de oposición más grande son los Hermanos Musulmanes, pero las actuales protestas han sido organizadas por la sociedad civil, con iniciativas como la del "6 de Abril", que movilizó a la gente a través de Internet.
Los medios han proporcionado un importante foro a todos los críticos del régimen. Hay una gran variedad de ellos, también páginas de Internet, como el periódico Al Masri Al Yum. Pero también tiene un papel fundamental el canal de televisión Al Yazira, que al tener su sede en Qatar puede informar sin interferencias gubernamentales. Tiene una enorme difusión en el país y se puede recibir vía satélite.
Todos los presidentes egipcios desde la revolución de 1952 han tenido raíces militares. El Ejército es considerado un estado dentro del Estado, pues no solo tiene sus propios tribunales sino también empresas, que a menudo constituyen monopolios en el comercio nacional. Los oficiales son considerados unos privilegiados. En el actual conflicto, el Ejército tiene mucho que perder al tiempo que muchas posibilidades. Por un lado, podría ponerse del lado de Mubarak y aplastar la revuelta, pero también podría situarse contra él y ponerse al frente de una remodelación del Estado.
La policía se ha ganado el odio de mucha gente durante muchos años, creando problemas a los conductores, por ejemplo. Pero también están bajo sospecha de ser corruptos y torturar y pegar a los detenidos en las comisarías, tanto a los arrestados con cargos criminales como a políticos. Pero a pesar del desprecio que sufren, muchas personas siguen apoyando a los agentes, pues temen más el caos que podría desatarse en un país pobre como Egipto sin ellos.
Fuente : eluniversal.com
Mac
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